viernes, 16 de marzo de 2012

Roncar y padecer apnea aumenta el riesgo de accidente.

Una de las consecuencias del Síndrome de Apnea del Sueño es la alteración del descanso. Una persona que padece esta patología se despierta continuamente durante la noche porque el oxígeno no llega al cerebro y éste tiene que reaccionar para que se abra la faringe y vuelva a entrar el aire.
En algunos pacientes, este "microdespertar" se produce hasta cientos de veces en una sola noche sin que la persona afectada lo advierta, ya que no se encuentra consciente en el momento en que se produce. En consecuencia, tendrá la sensación de que ha dormido pero en realidad no habrá descansado. Al día siguiente, se produce la somnolencia, que conlleva otras alteraciones como la desorientación o la apatía.
El sueño es un ciclo con distintas etapas, englobadas en dos fases, el ‘No Rem' y ‘Rem'. Dentro del ‘No Rem', existen varias etapas de profundidad.
El problema de los accidentes de tráfico en los que está implicada la somnolencia es que no existe tiempo de reacción. Si una persona conduce bajo los efectos del alcohol o las drogas, su capacidad de reacción ante cualquier peligro disminuye. Sin embargo, una persona con somnolencia se duerme al volante y, por lo tanto, no llega a producirse frenada siendo el impacto de mayor gravedad.
Aunque está recogido en el reglamento que los enfermos de apnea del sueño que no reciben tratamiento no están capacitados para conducir, no existe ningún tipo de cuestionario que evalúe este tipo de incapacidad en los centros de reconocimiento de conductores.
En el ámbito laboral existe la misma problemática. La somnolencia provoca el mismo efecto, tanto en la conducción como en la manipulación de máquinas o tareas similares, ya que el trabajador puede quedarse dormido, poniendo en peligro su propia vida y la de otras personas.
Los primeros estudios que se realizaron sobre la relación entre accidentes de tráfico y laborales y la somnolencia provocada por el síndrome de Apnea del sueño, se llevaron a cabo en los años 80. Estos estudios demuestran que las personas que sufren apnea tienen entre 3 y 11 veces más riesgo de sufrir accidentes que el resto de la población. La DGT ha comprobado que en más del 20% de los accidentes de tráfico está implicada la somnolencia, teniendo en cuenta que la enfermedad tiene una alta prevalencia en la población.
Hay que concienciar a la población de que la apnea del sueño es un problema prevalente de salud pública y del riesgo que asumen al ponerse al volante tanto para sí mismos como para el resto de la población.
Fuente de Datos: salud.ideal.es

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