jueves, 9 de febrero de 2012

EL AMIANTO SIGUE MATANDO

Fragmento del artículo de opinión de Javier López, secretario general de CCOO de Madrid.

Hace más de 3.000 años el hombre ya trabajaba con el amianto. Restos de este material han sido encontrados en una zona arqueológica de Finlandia. En Grecia, Egipto y Persia también fue utilizado. Fueron precisamente los griegos los que le dieron el nombre, que significa inextinguible. Utilizaban el amianto, pero eran conocedores de sus efectos nocivos para la salud. Así el griego Estrabón dejó constancia de las enfermedades pulmonares que sufrían los esclavos que trabajaban con el amianto. Su resistencia al fuego, sus propiedades ignífugas, lo convertían en un material apreciado, que era extraído de las minas y tratado para fabricar ropas o utensilios resistentes al fuego. Estos trabajos eran realizados por esclavos que morían o enfermaban a temprana edad, con la consiguiente pérdida para sus dueños de no poder ser vendidos o empleados para otras tareas. Al servicio de ellos, Plinio el viejo ideó una vejiga de animal, utilizada como respirador, precursora de las actuales mascarillas. El amianto no dejó de usarse a lo largo de la Historia, pero fue la Revolución Industrial la que generalizó su uso como aislante de tuberías de vapor, turbinas, calderas, hornos y productos sometidos a altas temperaturas. Su extracción se realizaba de forma generalizada en países como Canadá, Rusia, Australia, o Sudáfrica.

Eso sí, su utilización fue silenciada para evitar la alarma sobre las consecuencias de convivir en presencia del amianto. Pese a lo cual en 1897 se documenta la primera enfermedad relacionada con el amianto y en 1906 el primer caso de muerte por fibrosis pulmonar al realizar la autopsia a un trabajador.

Durante el siglo XX son muchas las muertes, o enfermedades pulmonares detectadas, relacionadas con el amianto en zonas mineras e industriales. Los trabajadores que estaban en contacto con el amianto morían jóvenes.

Sin embargo, no es hasta 1978 cuando el Parlamento Europeo declara que el amianto es cancerígeno, iniciando un proceso de prohibición del uso del amianto que tarda aún 23 años más en llegar a España. Es el 7 de Diciembre de 2001 cuando se publica una Orden Ministerial que prohíbe la comercialización y uso del amianto en España.

Para entender la dimensión del problema hay que explicar que entre 1970 y 1995 se producían 2,6 millones de toneladas de amianto cada año, que eran utilizadas en más de 3.000 aplicaciones industriales distintas. Es imposible cuantificar los millones de personas afectadas, que han trabajado, o estado en contacto con el amianto. La OIT estima que unas 100.000. personas mueren anualmente en el mundo como consecuencia de su exposición al amianto. En España, serían unas 2.300 las personas que fallecen por esta causa cada año. En los próximos 30 años, según estudios epidemiológicos, podrían morir unas 50.000 personas en nuestro país por cáncer de pleura y pulmón directamente relacionados con el amianto. Hablamos de una pandemia mundial que tiene periodos de latencia de hasta 40 años.

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